El pasado 9 de noviembre se celebró la II Jornada DCA promovida por la Federación de DCA de la Comunidad Valenciana, a través de su asociación miembro ATENEU CASTELLÓ y la Unidad de Daño Cerebral del Hospital La Magdalena y en el marco de la celebración del Día Nacional del DCA. Durante la misma, un centenar de profesionales de los centros sanitarios y sociales implicados en la Estrategia de atención al DCA EN Castellón, debatieron entorno al diagnóstico y valoración del DCA.
Las principales conclusiones fueron
■ La valoración es condición necesaria en toda las fases y determinante para acceder al sistema y recursos sanitarios y sociales.
■ En la fase aguda y subaguda permite determinar las posibilidades de recuperación.
■ Las tecnologías de neuroimagen permiten evaluar estructuras, incrementando las posibilidades de intervención. Hasta ahora se consideraba que transcurridas las primeras 4:30 h. el daño era irreversible, la neuroimagen permite avanzar que la intervención es posible hasta las 24 h. Esto va a suponer un nuevo reto por la dimensión que toma el colectivo.
■ En el proceso de neurorehabilitación permite establecer los Planes individuales de intervención transdisciplinar y evaluar su eficacia.
■ En la fase crónica / Largo Plazo es condición necesaria al igual que en las otras fases de intervención e DCA. Basada en secuelas, capacidades y desempeño en dominios de la vida.
■ Necesidad de que las valoraciones sean flexibles, individualizadas, orientadas al objetivo y adaptadas a las necesidades.
■ La valoración y diagnóstico como instrumento que facilita la orientación y asesoramiento hacia los recursos sociales, formativos.
■ La valoración como proceso en la continuidad asistencial y como instrumento de comunicación entre profesionales.
■ Es necesaria la acción coordinada y mejorar la comunicación de todos los agentes implicados que asegure el rigor, la equidad y una mayor eficacia de la valoración.
■ El manejo de los instrumentos y protocolos de evaluación requiere formación especializada y experticia. Una de las necesidades destacadas, es la evaluación de los déficit cognitivo-conductuales y de deglución.
■ No es posible generalizar pasarelas entre enfermedad, discapacidad, dependencia e incapacidad laboral, excepto casos muy severos, pero se puede optimizar el proceso estableciendo mecanismos de coordinación y comunicación, lo que facilitará el procedimiento a personas y familias con DCA.
■ La incapacitación laboral debe ser un recurso de apoyo, nunca un desincentivo a la participación e inclusión social.
■ A corto plazo, una valoración eficaz requiere tiempo y un coste económico, pero a medio/largo plazo es rentable.