Nuestros cerebros controlan todo lo que hacemos, pensamos y sentimos. Son el centro de control que dicta nuestras acciones y reacciones, y el ritmo al que ocurren. Estos procesos consumen grandes cantidades de energía y requieren disponer de baterías, recargadas con alimentación, sueño y descanso. Pero después de una lesión cerebral, estas baterías se agotan mucho más rápido y, por lo tanto, deben recargarse de manera mucho más regular, a menudo cada pocas horas. Sumado a esto, los problemas de sueño como resultado de una lesión cerebral pueden dificultar la recarga y combatir la fatiga.
La fatiga puede afectar el proceso de recuperación y la vida diaria. Pero al igual que con muchos de los efectos ocultos de la lesión cerebral, la «fatiga patológica» puede ser malentendida, no solo por quienes nos rodean, sino incluso por los propios individuos.
La Federación inglesa de daño cerebral adquirido, Headway ha realizado una campaña de sensibiñización en torno a esta cuestión y un un estudio Experiencias de fatiga después de una lesión cerebral, en el que han participado 3166 supervivientes de daño cerebral.Como era de esperar, las experiencias de las personas en el manejo de la fatiga son muy negativas: muchos encuestados calificaron su experiencia como «aterradora» y «destructiva».
La fatiga, o cansancio excesivo, es uno de los efectos más comúnmente experimentados de la lesión cerebral. «De hecho, es el efecto más comúnmente citado de lesión cerebral reportado por las 11,000 personas que cada año se acercan a Headway». A través de la campaña Fatiga cerebral de Headway, nuestro objetivo es dar voz a los afectados, ayudando a crear conciencia y a romper el estigma de la fatiga relacionada con la lesión cerebral.
Puede Leer el informe completo del estudio en: https://www.headway.org.uk/media/6916/final-report-brain-drain-wake-up-to-fatigue.pdf